En los últimos años, el social scoring (puntuación social) es una práctica que ha generado muchos debates éticos y sociales. Se utiliza para evaluar y clasificar a las personas en función de su comportamiento y actividades. Sin embargo, el uso de este sistema por parte de empresas privadas o gobiernos tiene genera mucha controversia.
¿Qué es el social scoring?
El social scoring es un sistema de evaluación que utiliza datos personales para asignar una puntuación a los usuarios. El objetivo es valorar su confiabilidad o «ética» en diversas áreas. Por ejemplo, el crédito, el comportamiento social o incluso la política. Este procedimiento, empleado por empresas o gobiernos, puede influir en decisiones importantes sobre la vida de las personas, basándose en su historial de conducta y características personales. Entre ellas, el acceso a servicios, empleos o beneficios.
Ejemplos
Aunque es ahora cuando más hablamos del social scoring, es una práctica que lleva empleándose un tiempo. Algunos ejemplos son:
- Sistemas de puntuación crediticia: bancos y empresas financieras utilizan algoritmos para evaluar la solvencia de los clientes, basándose en su historial de ingresos, deudas y pagos.
- Plataformas digitales: aplicaciones de transporte como Uber permiten a conductores y pasajeros poner evaluaciones mutuas. Aunque estas calificaciones pueden mejorar la experiencia del usuario, también pueden excluir a algunas personas, según percepciones subjetivas.
- Historial de fidelización: algunas empresas otorgan beneficios adicionales a clientes con alto consumo, discriminando, de esta manera, a personas con menor actividad o puntuaciones más bajas.
Sistema de crédito social en China
El caso más conocido de social scoring es el sistema de crédito social de China, lo implementó el gobierno. Este sistema evalúa la confiabilidad de los ciudadanos y las empresas en función de su comportamiento financiero, social y político. Los que obtienen puntuaciones más altas, reciben privilegios como, por ejemplo, mejores intereses o acceso preferencial a servicios públicos, mientras que los individuos con las puntuaciones bajas pueden ver sus viajes restringidos, acceso limitado a empleo u otras sanciones sociales.
Este sistema contiene muchos riesgos. Estas amenazas subrayan la necesidad de regulaciones estrictas para evitar que se vean perjudicados los derechos individuales y colectivos en cualquier sociedad.


