El capital intelectual resulta ser un recurso importante y valor clave para el éxito económico de un negocio. Se trata del valor intangible en una organización que genera beneficios futuros. La supervivencia de muchas empresas depende de su disposición y resiliencia. A través de él, las empresas pueden adaptarse rápidamente a los cambios para seguir siendo competitivas en los mercados.
¿Qué es capital intelectual?
El capital intelectual se considera un activo, y podríamos definirlo como la recopilación de todos los recursos informativos que una empresa tiene a su disposición. Estos recursos pueden utilizarse para:
- generar ganancias,
- ampliar el número de clientes,
- crear nuevos productos o mejorar el negocio.
Es la suma de la experiencia de los empleados, los procesos organizativos y otros valores intangibles que contribuyen al resultado final de una empresa.
Tipos de capital intelectual
Capital humano. Esto es lo que aportan los empleados al negocio. Podemos hablar de su creatividad, conocimiento, habilidades, ética de trabajo, etc. Si tu empresa tiene un trabajador que todos consideran irreemplazable, este es un valioso capital humano. Por supuesto, el dueño del negocio está incluido también.
El capital estructural incluye innovación de productos, optimización de procesos, cultura corporativa, instrumentos de gestión, TI y conocimiento explícito y cooperación interna.
Es importante hablar del capital organizacional. Es el producto del trabajo intelectual y de la experiencia en el funcionamiento para lograr los objetivos organizacionales y como tales son una fuente de valor.
El capital relacional incluye relaciones con clientes, proveedores, relaciones públicas, con los inversores, administración, etc.
¿Cómo se mide?
Existen varios métodos para medir el capital intelectual, sin embargo, no existe una consistencia o estándar uniforme aceptado en la industria. Por ejemplo, el Balanced Scorecard mide cuatro perspectivas de un trabajador como parte de sus esfuerzos para cuantificar el concepto. Las perspectivas son capacidad de organización, perspectivas financieras, de clientes y procesos internos.
Mejorar capital intelectual
Una empresa puede reforzar su capital intelectual mediante la contratación de personas expertas en procesos que contribuyan a sus resultados.
En definitiva, a medida que las mejoras tecnológicas y de procesos se vuelven cada vez más un factor diferenciador dentro de las empresas modernas, el capital intelectual se convierte en un factor más importante para lograr el éxito en un mercado competitivo.


