Inicialmente, el concepto API era utilizado principalmente para la integración de software local. Se encargaba de facilitar la comunicación entre programas dentro de un mismo sistema operativo. Con la llegada del modelo cliente-servidor, surgieron las APIs web. Este desarrollo transformó la forma en que se diseñaban los software. Permiten que distintas plataformas se conecten y compartan información sin necesidad de estar alojadas en el mismo entorno.
Expansión de las APIs
La gran expansión de las APIs llegó con los servicios en la nube y el incremento de la popularidad de los dispositivos móviles. Las grandes empresas tecnológicas ofrecen APIs públicas que permiten a los desarrolladores integrar funcionalidades como mapas, pagos, autenticación y almacenamiento sin necesidad de desarrollarlas desde cero. Este modelo permitió escalar estos servicios reduciendo costos y tiempos de desarrollo.
Sin embargo, este crecimiento también presenta múltiples desafíos de seguridad. Hay que hablar de la exposición de datos sensibles, las malas configuraciones y la falta de controles de acceso, que han convertido estos sistemas en un objetivo prioritario para delincuentes.
El control de acceso
El control de acceso es un componente esencial en la seguridad de las APIs. Asegura que los usuarios solo puedan interactuar con los datos o servicios que tienen permiso para utilizar.
Uno de los enfoques más utilizados es el control de acceso basado en roles (RBAC), donde los permisos se asignan en función de los roles predefinidos.
Por otro lado, el control de acceso basado en atributos (ABAC) permite una gestión más flexible al definir permisos según atributos dinámicos como ubicación, hora del día o tipo de dispositivo.
Además del control de acceso, la gestión de datos es factor clave para poder evitar la exposición innecesaria de información en las APIs.
La seguridad en API
La seguridad en las APIs es esencial para salvaguardar tanto los sistemas y los datos dentro del entorno digital actual. Puesto que las APIs permiten la comunicación entre aplicaciones y el intercambio de información sensible, es crucial garantizar su protección para evitar brechas de seguridad. Para ello, es importante implementar medidas de autenticación sólidas para que verifiquen de manera efectiva la identidad de los usuarios y las aplicaciones. Además, los controles de acceso deben ser bastante rigurosos para garantizar que solo los usuarios autorizados interactúen con los recursos específicos, limitando las acciones en función de su rol.
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